Jesús Berisa: “Si no del virus, moriremos de hambre, por eso hay que volver a la normalidad” - Luze Hoteles
Jesús Berisa: “Si no del virus, moriremos de hambre, por eso hay que volver a la normalidad” - Luze Hoteles

Jesús Berisa: “Si no del virus, moriremos de hambre, por eso hay que volver a la normalidad”

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La actividad a la que se dedica su empresa tuvo que echar la persiana de un día para otro. A cal y canto. Esta crisis se lanzó a la yugular del sector de la hostelería y del ocio. Así que Eventshotels, propietaria de hoteles como El Villa de Castejón y El Toro, y responsable de la restauración del Palacio de Congresos Baluarte (con la Terraza y Verduarte), de Senda Viva y del Navarra Arena, se vio afectada de lleno. Pero eso no paralizó a Jesús Berisa Berisa (Azagra, 1969), fundador y presidente de esta compañía, quien decidió poner sus instalaciones a disposición de la sanidad navarra. Por eso, el Bed4U de Tudela (cadena en la que también participa) se convirtió en hotel medicalizado de manera desinteresada. También ofreció El Villa de Castejón, pero no hizo falta y con El Toro los han mantenido abiertos para los profesionales de actividades esenciales, para quienes tenían permiso de movimiento y necesitaban sitio para dormir y comer. Ahora, los bares, cafeterías y hoteles pueden abrir para todos, pero volver a la actividad ‘normal’ no es algo que se produzca de un día para otro. Jesús Berisa, responsable de una empresa con 150 trabajadores fijos y 350 eventuales (en plena temporada de eventos, de abril a octubre, dice que firman 500 nóminas al mes), explica cómo han abordado la situación y qué han estado haciendo de persiana para dentro.

Una vez me contó que, como hijo de agricultor, el campo es muy duro porque se está muy expuesto a la climatología. Esta pandemia no se queda atrás en cuanto a dureza.
La incertidumbre de un negocio cerrado es lo peor que te puede pasar, pero es semejante a la que te puede generar en el campo la climatología. Cualquier pedregada es capaz de arruinarte la campaña. Cuando esto empezó el 14 de marzo con el cierre de todos los establecimientos tuvimos claro que no era algo pasajero y nos decidimos a actuar de manera rápida. Lo primero que hicimos fue constituir un comité de crisis que, de alguna manera, cubriera todos los puntos importantes de la empresa. Con siete personas abarcábamos las incertidumbres que podíamos tener respecto a trabajadores, clientes y proveedores. Trabajamos en las medidas necesarias para adaptarnos a la nueva situación, que era de cierre del negocio.

¿Cierre de todas las actividades?
Sí, de todo. Pero a través de este comité gestionamos de manera rápida todos los ERTEs, las tesorerías, los ICOs, las renegociaciones y estuvimos en relación directa con los trabajadores. Nos preocupamos por cada uno de ellos de manera individual y pusimos en marcha unos créditos económicos para solventar los problemas que pudieran tener.

¿En qué consiste?
Les hemos ofrecido anticipos de salarios que puedan descontarse cuando se incorporen, sin intereses, por supuesto.

¿Se han utilizado?
Sí, sí. Hay que destacar la predisposición del personal hacia la empresa. La comunicación con ellos desde el principio la hicimos muy bien y su respuesta fue total. Igual que la que tuvimos con los proveedores. En todo hemos estado asesorados por el gabinete jurídico sobre la normativa que había…

Sobre la difícil y cambiante normativa…
Más que cambiante, lo que ocurría es que no era muy clara. Las órdenes ministeriales dejaban muchas lagunas y teníamos que nutrirnos de muchas fuentes.

¿Cuántas personas han estado en ERTE de suspensión?
Todos los fijos, menos 15. En los establecimientos dejamos personal para cubrir las necesidades mínimas de vigilancia porque en muchos casos están situados en el perímetro de una ciudad. Y la solución no solo era bajar la persiana y ya está. Entre estos 15 también estaban los componentes del comité de crisis.

CON 40 TRABAJADORES

¿Cuántos ERTE se han levantado?
Fuera del ERTE estábamos 15. Y ahora estamos 40 trabajando.

¿Qué se siente cuando le dicen de un día para otro que su actividad se tiene que cerrar y que no se sabe hasta cuándo?
Tuvimos siempre el pensamiento de que no podíamos parar porque sabíamos que esto en algún momento pasaría. Pensamos qué podíamos ir haciendo y decidimos aportar los establecimientos para servicios hospitalarios y esenciales. La preocupación por la empresa fue sustituida por la de qué poder hacer por la sociedad. Cuando la frustración te invade al ver que lo que era tu negocio ha dejado de serlo y que la problemática es otra (la sanitaria) lo que haces es sumarte a ella y ayudar en lo que se pueda. Había que ver si lo que tenemos nosotros podía servir a la sociedad en un momento en el que íbamos a estar cerrados. Tenemos unas instalaciones muy grandes y ofrecí El Villa de Castejón, que tiene 89 habitaciones, para reconvertirlo en un hospital con capacidad para meter a 300 personas. Teníamos hasta las camas. Esto hubiera sido una solución porque está muy bien comunicado y es el mayor hotel de La Ribera. Se hubiera podido convertir en un gran hospital. Pero no hizo falta y eso fue una buena noticia.

¿Pero sí estaba previsto?
Por nuestra parte hubo el ofrecimiento, pero no fue necesario. Desde el Bed4U Tudela se cubrieron las necesidades con 20 habitaciones, que podían haberse ampliado y que dieron servicio al centro hospitalario. Al final, en el Hotel El Toro también pasó parecido. Nos ofrecimos como servicio sanitario, pero no hizo falta. El sector en general, si de algo se puede sentir orgulloso, es de haber dado el ‘do de pecho’ y haber respondido con mucha humanidad. No solo nosotros, todo el mundo ha cedido espacios para uso sanitario, tanto los que han aparecido públicamente como los que no, porque ha sido general la disposición para el momento de necesidad.

Nunca hubieran pensado convertir un hotel en un hospital.
Fran Comín, el director del Bed4U de Tudela, afrontó desinteresadamente hacer un hotel medicalizado y lo reconvirtió para pacientes positivos en coronavirus que habían recibido el alta hospitalaria, pero que no podían continuar con el aislamiento en sus domicilios en condiciones seguras para sus familiares, y para pacientes asintomáticos que hubieran dado positivo. La verdad es que ha hecho lo imposible para que les pareciera que estaban pasando unos días en cualquier sitio menos en un hospital. Todos los días se les facilitaba la comunicación con sus familias digitalmente, se organizaban actividades diarias como el bingo… Ha conseguido que se sintieran atendidos y los ha tratado como si fueran clientes o amigos.

¿Cómo afrontan ahora la incorporación a la actividad?
Para nosotros es paulatina. El Hotel Villa de Castejón y El Toro están abiertos para uso de servicios mínimos para trabajadores con servicios esenciales, los que tienen permiso para desplazarse a nuestra comunidad y que tienen necesidad de alojarse. El primero fue autorizado por Gobierno central desde el 1 de abril para prestar servicios como cafetería, comidas, duchas y alojamiento a transportistas, sanitarios, cuerpos policiales y otros sectores que fueron calificados como esenciales en esta crisis. En El Toro (Berrioplano), donde tenemos una ocupación como mucho de 10 habitaciones, tenemos esa misma actividad desde hace unas semanas.

Así como el uso de servicios sanitarios era gratuito, este no lo es, ¿no?
No, no es gratuito. Pero es indudable que no es negocio.

¿Y la vuelta a la actividad del resto de negocios?
En Baluarte, la terraza de Carlos Rodríguez está abierta desde la semana del 11 de mayo y Verduarte pasará a abrirse a partir del 25 de mayo con la fase 2, con muchas reservas hechas ya. En Senda Viva todavía no es seguro que se pueda abrir porque depende de los aforos. Sería posible hacerlo en julio, pero está por ver. Senda Viva es un problema que nos atañe a todos los que tenemos un establecimiento cerca, es de vital importancia que abra, no solo por la cifra de negocio que genera, sino por su repercusión en la zona. Es el mayor atractivo turístico de toda La Ribera. Respecto al Navarra Arena, iremos viendo cómo se regulan los eventos. Y con La Bomba de Navidad sí que seguimos trabajando al máximo con los preparativos y esperamos que sea un buen año.

¿Cómo valora las medidas tomadas para el desconfinamiento? ¿Han tardado o se han tomado demasiado rápido?
Ser prudente y actuar con cautela es lo importante. Creo que la economía y el país necesitan volver a la nueva normalidad que va a ser diferente a lo que teníamos antes, pero eso pasa por la responsabilidad de todos. Tenemos que cumplir cada uno con las medidas de seguridad con las que tenemos que concienciarnos, desde las distancias, usos de mascarillas, lavarse las manos. En nuestro caso el inicio de la actividad se ha producido aplicando todas las medidas de seguridad, que se han convertido en nuestra principal obsesión. Al final, hay que transmitir algo tan importante como la necesidad de sentirse seguro. En el Villa de Castejón hemos instalado mamparas, tenemos en cuenta la limitación de aforos, uso de geles, mascarillas, guantes, formación de equipos y hemos incorporado para medir la temperatura cámaras de control térmico sin contacto en la entrada. Es un tema muy novedoso que hemos incorporado a través de nuestra empresa informática Axium. Lo hicieron en un tiempo récord. En El Toro seguimos tomando la temperatura con ‘pistolas’. En las habitaciones, además de los protocolos de limpieza, hemos incorporado unas lámparas ultravioletas con tratamientos de ozono para la desinfección. Además de limpiar y desinfectar la habitación, la lámpara se queda durante media hora funcionando. Desinfectamos cada día hasta las manillas de los coches de nuestros clientes, tanto en El Toro como el Villa Castejón.

¿Cuándo se volverá a la normalidad en la actividad?
La situación es incierta, pero estamos abriendo establecimientos gradualmente e incorporando personal. Pronto estarán todos los trabajadores incorporados.

¿Se atrevería a decir en qué fecha?
En un mes creo que estarán todos incorporados, antes de la finalización del estado de alarma. Proteger a los trabajadores ha sido nuestro primer objetivo y hacer que el cliente se sienta seguro. Esperamos que los clientes vean que velamos por su seguridad, que no nos hemos limitado a cumplir la normativa vigente, sino que hemos ampliado todo lo que está en nuestras manos.

¿Cómo ve el futuro?
El corto plazo sigue siendo incierto teniendo en cuenta las restricciones de movilidad y limitaciones de aforo. En nuestro caso, que hemos seguido trabajando, lo hemos hecho también en proyectos de expansión con una mayor dedicación, incluso. Saldremos de esta situación con la ambición de tener una compañía mayor.

NUEVOS HOTELES

¿Quiere decir qué van a crecer?
Nos hemos financiado mucho más de lo que estábamos para mantener nuestros establecimientos cerrados y poder seguir atendiendo todos los compromisos económicos. Como ejemplo, no tenemos deudas con proveedores. Seguimos teniendo costes fijos, los del personal que no ha estado en ERTE. Pero seguimos pensando en tener una compañía mayor y mejor que la actual. Desde Eventshotels estamos trabajando en dos proyectos de hoteles, uno en Navarra y otro en La Rioja. Eran proyectos que ya los teníamos previsto antes de la crisis y que les hemos dado continuidad.

¿Así que el coronavirus no ha frenado los planes?
No. Teníamos que ver este problema del coronavirus como algo con una corta trayectoria.

¿Cree que el sector y la población están preparados para la incorporación a la actividad?
Yo creo que la sociedad lo que tiene es ganas de salir. Lo que hay que hacer es que el sector que esté preparado para cumplir las normas abra y que haga que se cumplan. Para nosotros ha sido clave que en este tiempo hemos estado de manera activa pensando que esto terminaría en algún momento y que teníamos que estar preparados para abrir en el menor tiempo posible. Al final, la solución no tiene que ver tanto con nosotros. Esto es una crisis global y, pese a que la situación es dramática, tenemos que afrontar el escenario con serenidad. Al final el cliente valorará más la seguridad que el precio. La gente va a viajar a lugares seguros e irá a establecimientos seguros.

¿Tiene sentido abrir los hoteles cuando todavía no hay posibilidad de viajar?
No. Ninguno. Si no se puede viajar entre provincias no tiene ningún sentido abrir hoteles. Creo que mantener los trabajadores en ERTE y soportar los costes fijos es una situación mejor que estar abierto, porque se perdería más económicamente.

¿Y por qué se permite una cosa y no la otra, o al revés?
Esta legislación ambigua que permite abrir hoteles sin que pueda haber movilidad entre provincias no tiene sentido. De hecho, en Pamplona solo hay tres abiertos: Bed4U, El Toro y el Iriguíbel. Pero no tenemos apenas actividad. Aunque también es verdad que estar cerrados genera una gran incertidumbre.

¿Se va a recuperar al cliente del hotel?
Nuestro cliente en hoteles es fundamentalmente nacional y su alojamiento en nuestros establecimientos se debe a razones de trabajo o turismo. En el de trabajo, creo que la recuperación puede ser relativamente rápida. Y en el segundo caso, si todo evoluciona de manera favorable, entiendo que el primer destino de los españoles va a ser visitar España.

El ministro de consumo, Alberto Garzón ha dicho, entre otras cosas, que el sector del turismo es “estacional, precario y de bajo valor añadido”. ¿Qué le parece? ¿Tiene una base de razón o le falta conocimiento?
En estos momentos todo el mundo dice cosas que se contradicen. No tiene sentido cuando este sector representa en España lo que representa, España es el segundo destino turístico más importante después de Francia. La gente puede tener la libertad de poder expresar lo que le dé la gana, los políticos pueden decir que somos una cosa, pero la realidad es otra. El ministro no tiene razón. Al final, el momento crítico vendrá producido por la destrucción de empleo y, consecuentemente, por la reducción del consumo. Eso sí que nos metería en una crisis económica que no somos capaces de ver todavía.

¿Se va a llegar a esa situación?
No sabemos nadie cómo va a reaccionar el mercado. Los pequeños parches que el gobierno está poniendo para que no se destruya el empleo no es suficiente. El empleo se genera por la demanda y tenemos que dejar de meter miedo y pasar a pensar que esto, que no ha dejado de ser una crisis sanitaria en la que no nos podían atender, ha pasado a una situación en la que sí nos pueden atender y en la que podemos salir adelante con las medidas de protección suficientes para que de alguna manera esté controlada. O nos tendremos que contagiar o esperar a una vacuna. Hay que volver a la normalidad. En caso contrario, indudablemente, si no morimos del virus moriremos de hambre. Aquí el más afectado ha sido el comercio y el turismo porque los demás de algún modo han seguido haciendo su vida profesional más o menos.

Todo se ciñe a si debe prevalecer el interés económico o el sanitario. ¿Qué opina?
Yo creo que el problema sanitario es el prioritario, pero pienso que esto ya lo hemos pasado. Las UCIs están aligeradas y debemos volver a la nueva normalidad.

¿Qué opina de que los visitantes que llegan de otros países pasen unos días de cuarentena?
Hay países que han dicho que no van a hacer cuarentena y aquí en España estamos defendiendo que no vengan los visitantes de fuera. Y esto va a afectar muchísimo, sobre todo al sol y playa. Me parece que no va a venir nadie. Porque nadie va a querer viajar a España para meterse en un hotel 14 días sin salir. No tiene ningún sentido. Creo que, aunque han dicho eso, terminarán diciendo lo contrario, por la cuenta que nos trae a todos.

¿No hay que poner por encima el riesgo y la preocupación por la salud?
Creo que los que vengan, igual que los que estamos aquí, tenemos que ser lo suficientemente responsables para poder relacionarnos y no contagiarnos. Todo el que tenga un establecimiento tiene que proceder con las medidas adecuadas para hacer que el cliente se sienta seguro y que la transmisión no exista.

LA MITAD DE LAS BODAS, PARA 2021

¿Cuántas bodas tenían previstas?
El periodo de bodas es de marzo a diciembre y teníamos previstas en todo el grupo unas 200.

¿Y qué ha pasado?
El 50% la han pasado al año que viene, el resto está pendiente de ver si vamos a poder hacerlas. Porque en la fase 2 podríamos celebrar al aire libre bodas con hasta 100 personas y en establecimientos cerrados si no se superan los 50. Pero para julio, que será la última fase de la desescalada, pensamos que se podrán celebrar las bodas en todos los sitios. Tanto en Baluarte como en los hoteles los espacios son muy amplios y, en el momento que aumenten los aforos, podremos celebrarlas.

 

Foto: Jesús Berisa, presidente de eventshotels, en Baluarte, en una imagen de archivo. José Antonio Goñi.

Fuente: https://www.diariodenavarra.es/noticias/negocios/dn-management/2020/05/25/jesus-berisa-si-no-del-virus-moriremos-hambre-por-eso-hay-que-volver-normalidad-691029-2541.html

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